

Casa Marcos Juan Alegria
Dorado, Puerto Rico
El Nuevo Día: Entretenimiento 19 de julio de 2009
Entrar en ella es como visitar una casa de pueblo pequeño de principios del siglo XX. Pero su interior guarda toda una tradición cultural.
Al norte de la plaza de recreo de Dorado se encuentra la Escuela de Artes y Museo Marcos Juan Alegría, así nombrada en honor de quien es reconocido en este pueblo como “Padre de los Artistas Doradeños”.
Es una casa antigua pintada de amarillo y blanco que, según Manuel Santiago Castellano, director de la Oficina de Asuntos Culturales del municipio, “combina el pasado con el presente e incluye expansiones internas con toques modernos para sus talleres de pintura”. Incluye, asimismo, salas de exposiciones, muebles y piezas de la época y obras pictóricas de don Marcos Juan Alegría.
“Esta estructura se construyó en el mes de junio de 1914 como hogar de don Juan Alegría y doña Elisa Valles, quienes criaron allí a sus hijos Cruz y Marcos Juan. En la casa, que tiene cinco cuartos con puertas y ventanas de doble hoja en madera y zinc, vivieron los Alegría por décadas hasta que la heredó el hijo mayor, Cruz. A su muerte, la heredó don Tito (apodo de Marcos Juan), quien en la década del 70 montó junto con su esposa, doña Isabel Serrano, un pequeño negocio de efectos escolares”.
Luego, en la década de los noventa, don Marcos Juan, antes de morir, vendió su propiedad al gobierno municipal. Comenta Santiago Castellano que “el alcalde Carlos López Rivera siempre quiso honrar a los artistas doradeños y en particular a Mr. Alegría (así le llamaban también sus alumnos de las escuelas públicas de Dorado y Toa Baja), por lo que, al adquirir la propiedad, se propuso restaurarla y convertirla en sede de un Museo y Escuela de Arte. De ahí el nombre de esta estructura”.
Debidamente restaurada y habilitada con talleres y sala de exposiciones, la institución abrió sus puertas al público en el año 1998. Desde entonces, ha sido sede del programa Arte para el Pueblo del municipio de Dorado, que ofrece clases gratuitas de dibujo y pintura a niños, jóvenes y adultos. Santiago Castellano menciona con evidente orgullo que, entre los maestros de esta escuela han figurado los artistas Jaime “Taly” Rivera, Ada Rosa Rivera, Jaime Santana, Aida Cardona, Mirna Báez y Rafael Mullet.
En el interior de la estructura llaman la atención el busto de don Marcos Juan esculpido por el artista doradeño Salvador Rivera Cardona, los muebles antiguos y las piezas de la época debidamente restauradas que, según Santiago Castellano, datan del año 1916.
Resaltan, además, algunas obras originales de don Marcos Juan, quien se interesó en la pintura cuando, a raíz del terremoto de 1918 y siendo aún niño, observó a algunos artistas norteamericanos pintando las ruinas de la vieja iglesia católica, semidestruida por el histórico sismo.
Santiago Castellano destaca que, de joven, Marcos Juan fue discípulo del gran pintor hatillano Oscar Colón Delgado antes de estudiar bajo la dirección de los distinguidos profesores Walter Dehner y Guillermo Sureda. Culminó sus estudios en la Universidad de Puerto Rico y en la ciudad de Nueva York, para luego dedicarse a la enseñanza como maestro de instrucción pública.
Sus hijos -el pintor y vitralista Marco Antonio y el escultor Juan Marcos- siguieron sus pasos en el arte, pero fueron muchos los artistas que recibieron de él consejos y palabras aleccionadoras.
Según Santiago Castellano, la Oficina de Asuntos Culturales de Dorado tiene un registro de más de 35 artistas plástico-gráficos. Esto le hace recordar que don Marcos Juan prometió que dejaría de pintar el día que dejara de existir. Pero, comenta Santiago Castellano, “en realidad nunca ha dejado de pintar, porque, aunque ya no está con nosotros, sus hijos y sus discípulos nos permiten sentir su presencia en todo el quehacer cultural de Dorado”.
“Por eso esta escuela-museo es el mayor tributo a su memoria”.
Pero, comenta Santiago Castellano, “en realidad nunca ha dejado de pintar porque, aunque ya no está con nosotros, sus hijos y sus discípulos nos permiten sentir su presencia en todo el quehacer cultural de Dorado.
Por eso esta escuela - museo es el mayor tributo a su memoria”.

